domingo, 24 de enero de 2010

ECO Y YO

Eco, divina y desnuda
como diamante del agua,
mi musa estos versos fragua
y necesita tu ayuda,
pues sola, peligros teme.

-¡Heme!
-Tuve en momentos distantes,
antes,
que amar los dulces cabellos
bellos
de la ilusión que primera
era
en mi alcázar andaluz,
luz;
en mi palacio de moro,
oro;
en mi mansión dolorosa,
rosa,
Se apagó como una estrella
ella.
Deja, pues, que me contriste.
-¡Triste!
¡Se fue el instante oportuno!
-¡Tuno!...
- ¿Por qué, si era yo suave
ave,
que sobre el haz de tierra
yerra
y el reposo de la rama
ama?
Guióme por varios senderos
Eros,
mas no se portó bien
en
esquivarme los risueños
sueños,
que hubiera dado a mi vida
ida,
menos crueles mordeduras
duras.
Mas hoy el duelo aún me acosa.
-¡Osa!
-¡Osar, si el dolor revuela!
-¡Vuela!
-Tu voz ya no me convence.
-Vence.
-¡La suerte errar me demanda!
-Anda.
-Mas de ilusión las simientes...
-¡Mientes!
-¿Y ante la desesperanza?
-Esperanza.
Y hacia el vasto porvenir
ir.
-Tu acento es bravo, aunque seco,
eco.
Sigo, pues, mi rumbo, errante,
ante
los ojos de las rosadas
hadas.
Gusté de Amor hidromieles
mieles;
probé de Horacio divino,
vino;
entretejí en mis delirios
lirios.
Lo fatal con sus ardientes
dientes
apretó mi conmovida
vida;
mas me libró en toda parte
arte.
Lista está a partir mi barca,
arca
do va mi gala suprema.
-Rema.
-Un blando mar se consigue.
-Sigue.
-La aurora rosas reparte.
-¡Parte!
¡Y a la ola que te admira
mira,
y a la sirena que encanta
canta!

Ruben Dario

lunes, 11 de enero de 2010

No sabes cuanto te quiero

Está amaneciendo,
qué paz refleja tu cara
cuando duermes...

Ya es casi la hora
de empezar un nuevo día
y la verdad
reconozco que
no me gusta nada madrugar,
quizá sea esa la razón
por la que tengo
tan mal despertar

Te agradezco tanto
que cada mañana
me regales tu primera mirada
tu sonrisa
y que me digas:
buenos días, mi amor

Me encanta mirarte
cuando me preparas el café,
te preocupas tanto de lo mío
que se te olvida y no te importa,
que el tuyo se este quedando frió

Siempre piensas antes en mi
que en tí
siempre....

Y no sabes cuánto te quiero...

Necesito ese beso,
ese beso tuyo de ayer
de hoy, de siempre
ese beso que me das
cuando me marcho
y cuando llego a casa
tarde, cansado y con problemas
y tú me recibes con los brazos abiertos.

Me ayudas, me oyes
y sobre todo me escuchas
y eso alivia mis penas.

Hoy desperté abrazado a ti,
me gusto tanto mirarte
tenías los ojos cerrados a la luz
y la mente abierta a los sueño
tu cuerpo... completamente desnudo
mis manos parecían tener alas
se me escapaban
volaban hacia ti
te deseaban
y te acaricie de los pies a la cabeza...
una o otra vez

No sabes cuánto te quiero...

Hay veces que
no nos hacen falta ni las palabras
para entendernos,
nos basta con mirarnos,
y si por alguna tontería discutimos,
acabamos encontrándonos
donde más cerca nos sentimos,
más unidos, nuestra cama

Si nos va bien o mal
yo a tu lado y tu al mío
juntos, fundidos como arena y cal
como agua del mismo río.

Hay quien no entiende este amor
que quien nos da la espalda
qué más nos da!
si tú y yo sabemos
que cuando nos conocimos
decidimos echar el ancla

Te he sentido tantas veces
cuando a media noche te levantas
me miras y me mimas como si aun fuera un crío
pareces adivinar que estoy sintiendo frío
y me echas otra manta

Me gusta cómo me tratas
y me gusta cómo me amas
eres el mejor regalo
que me dado la vida

No sabes cuánto te quiero...

Compartes todas mis cosas
todo lo que se puede sentir
cuando de verdad se ama
en esos momentos de entrega
tuya y mía...
donde solo hay un testigo que nos mira,
calla y guarda nuestra intimidad...
nuestra cama...